La relación entre el empresario Elon Musk y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha entrado en una fase de enfrentamiento público. Aun después de haber colaborado estrechamente durante la campaña electoral de Trump en 2024, el fundador de Tesla y SpaceX publicó una serie de mensajes en su plataforma X en los que arremete directamente contra el presidente y su equipo.
El detonante de esta disputa fue la aprobación del paquete fiscal republicano, denominado «One Big Beautiful Bill», el cual Musk criticó por sus efectos negativos sobre el déficit y por eliminar subsidios clave a los vehículos eléctricos.
Musk acusa falta de transparencia legislativa
En una de sus publicaciones, Musk aseguró que el proyecto de ley nunca le fue presentado y que el Congreso lo aprobó sin suficiente revisión.
“Este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en la oscuridad de la noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”, escribió en x.
Afirmó también que la legislación incrementará el déficit público en billones de dólares y reducirá el apoyo a la transición energética, lo que perjudicaría directamente a empresas como Tesla.

En otro mensaje, Musk calificó el paquete fiscal como una “abominación repugnante” y expresó su rechazo hacia los legisladores que votaron a favor. Esta declaración generó reacciones inmediatas dentro del Partido Republicano, donde algunos sectores aún lo consideran un actor relevante en temas de política tecnológica y empresarial.
Trump responde y Musk no se queda callado
Donald Trump reaccionó ante las críticas señalando estar “muy decepcionado” con Elon Musk. Además, sugirió que el empresario padecía un “síndrome de trastorno por Trump”. En respuesta, Musk minimizó la acusación con un escueto “lo que sea”, pero también publicó un mensaje en el que lo acusó de ingratitud:
“Sin mí, Trump habría perdido la elección, los demócratas controlarían la Cámara y los republicanos tendrían una mayoría de 51-49 en el Senado. Tal ingratitud” mencionó.
Esta serie de intercambios marca el quiebre definitivo entre dos figuras que durante meses compartieron intereses políticos. Musk, quien encabezaba un grupo de eficiencia gubernamental promovido por Trump, abandonó su rol y ahora cuestiona abiertamente al mandatario.