Desde actores y músicos hasta deportistas, muchos han utilizado su fama y popularidad para emprender carreras políticas, con resultados variados.
En los últimos años, un número creciente de celebridades mexicanas ha decidido dar el salto a la política, buscando influir en el cambio social y político del país.
Un caso emblemático es el de Dulce María, exintegrante de la famosa banda RBD. La cantante y actriz ha expresado su interés en la política desde hace años, y en 2024 anunció su intención de postularse para un cargo local en la Ciudad de México. Su plataforma se centra en temas como la educación y los derechos de la infancia, reflejando su compromiso con causas sociales.
Diego Luna, reconocido actor y productor, también ha incursionado en la política, aunque desde un ángulo diferente. Aunque no se ha postulado para un cargo, ha sido un firme defensor de causas progresistas y ha participado activamente en movimientos sociales, incluyendo la promoción de la participación ciudadana en procesos electorales.
El actor Gabriel Soto también hizo su debut político al ser electo como parte del Consejo Municipal de su localidad en 2021. Su enfoque se ha centrado en mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y promover la cultura en su comunidad.
Sin embargo, el camino de las celebridades en la política no siempre es fácil. Muchos enfrentan críticas y escepticismo, tanto por su falta de experiencia política como por la percepción de que su fama puede ser un factor más importante que sus propuestas. Aun así, su presencia en el ámbito político ha logrado despertar el interés de nuevas generaciones y ha contribuido a diversificar la representación en el sistema político mexicano.
A medida que las elecciones se acercan, es probable que veamos a más figuras del entretenimiento intentando capitalizar su popularidad para lograr un cambio en el escenario político. La intersección entre la fama y la política en México sigue siendo un fenómeno fascinante y en evolución.
