El Servicio de Alerta de Tsunami del Pacífico levantó la misma, después de analizar la información disponible, por lo que ya no hay riesgo de que un evento así ocurra en Filipinas, Indonesia, Palaos y Malasia. La situación que ameritó dicha aleta fue la ocurrencia de un fuerte sismo de 7.6 grados en Filipinas.
Posterior al sismo, la Agencia Sismológica de Filipinas ordenó el desalojo de los habitantes de la isla de Mindanao, particularmente hizo un llamado a los residentes de las provincias de Surigao del Sur y Davao Oriental y refugiarse en zonas altas, para alejarse de las costas.
La alerta por el tsunami llegó hasta las costas de Chile, ya que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada analizaba una posible de amenaza por este fenómeno.
